Pasivo corriente y no corriente. Qué son y diferencias
Te contamos todo sobre los pasivos corrientes y no corrientes de una empresa, y sus principales diferencias. No te lo pierdas.
21/3/2023
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El capital social de una empresa representa el aporte inicial o posterior que realizan los dueños de la sociedad, con la finalidad de cumplir con el objeto social de la empresa. Su cálculo depende de factores económicos, legales y sectoriales.
El capital social de una empresa representa el aporte inicial o posterior que realizan los dueños de la sociedad, con la finalidad de cumplir con el objeto social de la empresa.
Cuando los socios deciden constituir la empresa, cada uno de ellos puede realizar aportes en dinero o en especie, es decir, bienes no dinerarios, cuyos aportes pueden estar libres de toda deuda o no.
Lo importante del capital social es la suscripción de las acciones o cuotas sociales, dependiendo de su forma jurídica, pero sobre todo de su efectiva integración, pues la separación de la responsabilidad entre la empresa y sus socios radica en la integración efectiva de los bienes que están representados en acciones dentro del patrimonio neto.
El capital social, por sí mismo, no es tangible, sino que está representado por acciones o cuotas sociales. Son otros componentes del balance de situación de cuentas de la empresa, los que reflejan la composición material o inmaterial de este capital social.
Es decir, las acciones o cuotas sociales, son títulos de posesión de pequeñas partes iguales de la empresa, que ayudan a separar la responsabilidad entre las actividades que realiza la empresa y las de sus socios de manera personal.
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Visto dentro del balance situación de cuentas de la empresa, el capital social se expone de dos maneras: como acciones, cuotas sociales o participaciones societarias, y también como bienes y derechos y a la vez deudas que posee la empresa en sí mismo.
El activo de una empresa son los bienes y derechos que posee la empresa, y que representan las aplicaciones de los fondos aportados por los socios y también por terceros mediante deudas.
El pasivo de una empresa son las deudas u obligaciones que posee la empresa para con terceros ajenos a sus dueños. Suele ser una forma de financiación convencional en las empresas, para sostener el giro comercial, sin necesidad de recurrir a mayores aportes de capital social ni a la capitalización de sus ganancias
El patrimonio neto de una empresa representa la diferencia numérica entre el activo y el pasivo de la empresa, y está compuesto tanto por el capital social, como por los resultados de ejercicios que obtiene la empresa en el giro de su actividad.
La reserva legal, es una reserva especial establecida por diversas legislaciones locales, y también por las Normas Internacionales de Información Financiera, con la finalidad de que la empresa desarrolle un “colchón de seguridad”, mediante la guarda de cierta proporción de los resultados positivos de los ejercicios, para resguardar al capital social de posibles quebrantos.
En el caso de que una empresa sufra pérdidas en un ejercicio comercial, en primer lugar, se ocupan todas las reservas especiales constituidas por la empresa para solventar posibles quebrantos, y finalmente, se consume la reserva legal, antes de tener la necesidad de llegar a una quiebra por pérdida del capital social.
El cálculo del capital social se desagrega del siguiente modo en la ecuación patrimonial convencional:
Activo – Pasivo = Patrimonio Neto
Activo – Pasivo = Capital Social + Reservas + Resultados Acumulados
Capital Social = Activo – Pasivo – Reservas – Resultados Acumulados
Bajo dicha forma de cálculo, el capital social representa los bienes y derechos que tiene la empresa, netos de deudas con terceros, reservas y resultados acumulados.
El capital social de una compañía es la garantía común de los acreedores de la empresa, tanto de terceros como de los socios. Es decir, cuando una empresa quiebra o se liquida por cualquier otro motivo, el capital social va a garantizar que se paguen las deudas con terceros, y si resta algo de ese capital, con sus propios dueños por los aportes realizados.
La conformación del capital social mediante acciones, participaciones o cuotas sociales, dependiendo de la forma jurídica societaria aplicable, va a permitir identificar los aportes que han realizado cada uno de los socios, y su porcentaje de participación en la empresa, qué le otorga diferentes derechos, pero también obligaciones.
Los altos directivos de la empresa, por acta de asamblea general, deberán aprobar el Balance de Situación de Cuentas de la empresa, el Estado de Resultados y otros estados financieros solicitados por las distintas legislaciones, como el Estado de Evolución del Patrimonio Neto o el Estado de Origen y Aplicación de Fondos, entre otros.
Aprobada la cuenta general del ejercicio por la asamblea general, en caso de haber obtenido beneficios la empresa, se puede decidir la constitución de reservas, la distribución de utilidades o incluso el aumento del capital social.
Para distribuir utilidades, se debe respetar la proporción de acciones o cuotas sociales que posee cada uno de los socios o accionistas, de manera tal que obtengan una rentabilidad por la inversión realizada, acorde a la proporción de aportes efectuados.
Cada uno de los accionistas de la empresa tiene derecho a voto, en proporción a las acciones que posee en la empresa. Estas acciones pueden ser comunes o preferidas, y se debe tener esto en cuenta al momento de computar el número de votos que puede emitir cada accionista.
En el caso de las sociedades no accionarias, cada cuota de participación social representa un voto.
El capital social es la garantía común de los acreedores de la empresa, considerando en primer lugar a los terceros, como proveedores, bancos, el estado, entre otros acreedores varios y, en segundo lugar, socios o accionistas de la empresa.
Cuando la empresa es disuelta y liquidada, ya sea por voluntad de sus socios o por quiebra, este capital social va a permitir cancelar las deudas con terceros, y si quedan recursos disponibles, las deudas con sus socios.
Existen principios reguladores para establecer el capital social de una empresa, por ejemplo:
El capital social se determina con la siguiente formula:
Capital Social = Sumatoria monetaria de Acciones o Cuotas Sociales
En esta primera fórmula se considera el capital social como la suma de acciones o cuotas sociales en las cuales se divide este capital, medidas en moneda homogénea, es decir, en moneda de curso legal del país donde opera la empresa.
Capital Social = Activo – Pasivo
Al inicio de la actividad empresarial, el capital social es la diferencia entre el activo y el pasivo. Los socios de la empresa suelen aportar este capital social inicial en dinero o en especie, y en algunos casos, por ejemplo, cuando se aportan vehículos o inmuebles, los mismos se dejan prendados o hipotecados, deuda que deberá asumir la empresa en el curso de sus operaciones.
Capital Social = Activo – Pasivo – Reservas – Resultados Acumulados
Por último, se muestra la fórmula dinámica del capital social, que agrega reservas y resultados acumulados por el desarrollo de la actividad empresarial.
El capital social debes ser estable, es decir, no se debe alterar su composición sin decisión de la asamblea general en pleno. La decisión de aumentar o disminuir el capital social, puede alterar el curso del negocio y la garantía común de los acreedores.
Cuando se constituye una empresa, no solamente se debe tener en cuenta el capital social mínimo exigido por la norma legal aplicable al país en el cual opera la empresa, sino también la realidad económica de la actividad desarrollada.
Por ejemplo: si el capital mínimo que se debe aportar en un país equis es de 10000 unidades monetarias de curso legal de ese país, pero la empresa se va a dedicar a la actividad financiera, o a una actividad extractiva petrolífera, o a la construcción, ese capital mínimo exigido por ley no será representativo del capital social real que necesita la empresa para funcionar.
Son las unidades monetarias de curso legal mínimas, en el país donde opera la empresa, que deben conformar el capital social inicial y mínimo para funcionar.
Este capital social mínimo depende de la legislación local y también del tipo de empresa, siendo diferente para una sociedad anónima que para otro tipo societario.
Además, se debe tener en cuenta la normativa específica de la actividad que se va a desarrollar, que puede exigir un capital social mínimo específico.
Las empresas que operan en múltiples jurisdicciones también deberán verificar el volumen del capital social mínimo exigido para operar en los distintos países de acuerdo con sus actividades.
El capital social de una empresa es requisito sine qua non para su funcionamiento, es decir, para mantener la empresa en marcha. Una empresa que no puede conservar su capital social, se considera quebrada.
Los beneficios de contar con un capital social sólido son los siguientes:
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